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....Cabalgué a lomos del Dragón. Y él volvió hacia mí sus enormes ojos color violeta. Y me sonrió.




sábado, 29 de junio de 2013

La Oración de Fray Dino



En el invierno pasado, uno de mis viajes de trabajo me llevó hasta Pedrafita do Cebreiro.
Cuando paso por allí, es frecuente que suba hasta la Cruz de Cebreiro, o que pase por la iglesia prerrománica de Santa María la Real de O Cebreiro, donde se expone permanentemente El Milagro.
Éste fue el caso ese dia. Como de costumbre, di una vuelta lentamente y en silencio por la nave del templo, para dejar que la espiritualidad del lugar penetrase en mí.
Cerca de la entrada, hay una puerta lateral que comunica con el baptisterio, el lugar destinado a los bautizos. En las primeras iglesias, no se bautizaba en el templo, sino en sitio aparte. Hay iglesias en italia, aún del renacimiento, donde el baptisterio es un edificio completamente separado.
Entré en el baptisterio, que estaba abierto. Allí, en el centro, hay una gran pila de bautismo por inmersión, de piedra en una sola pieza, que supongo que datará . Un objeto singular.
A un lado, junto a la pared, había un gran cartel con una oración. Estaba escrito en inglés, y lo leí con atención.
Me emocionó profundamente. El texto hablaba de lo que El Camino de Santigo, cualquier otro Camino, o la vida misma, entendida como Camino, puede enseñarnos. De lo que debemos aprender en el Camino. En un Camino. En todo Camino.
Parece que fue escrito por un monje llamado Fray Dino, de una aldea llamada La Faba.
Me sobrecogió el hecho de que, en aquel apartado rincón del mundo, alguien escribiera algo que puede sintonizar tan profundamente con lo que hay dentro de mí, o de cualquiera que pase por allí y lo lea con atención y respeto.
Supongo que sólo puede captarse toda la profundidad, la espiritualidad del texto leyéndolo en un sitio tal como aquél, en aquel monte, en aquella iglesia, frente a aquella pila bautismal.
Supuse que algo tan bello debía estar colgado en Internet. Lo encontré, en castellano.  He aquí el texto:

Aunque hubiera recorrido todos los caminos,
cruzado montañas y valles
desde oriente hasta Occidente,
si no he descubierto la libertad de ser yo mismo
no he llegado a ningún sitio.

Aunque hubiera compartido todos mis bienes
con gentes de otra lengua y cultura,
hecho amistad con peregrinos de mil senderos
o compartido albergue con santos y príncipes,
si no soy capaz de perdonar mañana a mi vecino
no he llegado a ningún sitio

Aunque hubiera cargado mi mochila de principio a fin
y esperado por cada peregrino necesitado de ánimo,
o cedido mi cama a quien llegó después
y regalado mi botellín de agua a cambio de nada,
si de regreso a mi casa y mi trabajo no soy capaz
de crear fraternidad y poner alegría, paz y unidad,
no he llegado a ningún sitio.

Aunque hubiera tenido comida y agua cada día
y disfrutado de techo y ducha todas las noches
o hubiera sido bien atendido de mis heridas,
si no he descubierto en todo ello el amor de Dios,
no he llegado a ningún sitio.

Aunque hubiera visto todos los monumentos
y contemplado las mejores puestas de sol;
Aunque hubiera aprendido un saludo en cada idioma,
o probado el agua limpia de todas las fuentes,
si no he descubierto quién es autor
de tanta belleza gratuita y de tanta paz
no he llegado a ningún sitio.

Si a partir de hoy no sigo caminando en tus caminos,
buscando y viviendo según lo aprendido;
Si a partir de hoy no veo en cada persona,
amigo y enemigo, un compañero de camino;
Si a partir de hoy no reconozco a Dios,
el Dios de Jesús de Nazaret,
como el único Dios de mi vida,
no he llegado a ningún sitio

Fraydino.
La Faba.