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....Cabalgué a lomos del Dragón. Y él volvió hacia mí sus enormes ojos color violeta. Y me sonrió.




martes, 20 de julio de 2010

2001 Una odisea del Espacio: Reflexiones sobre A. C. Clarke

Sobre el año 2002, un colega mío publicó en la revista Antena (órgano del Colegio de Ingenieros Técnicos de Telecomunicación)un artículo acerca de la película "2001 odisea del espacio" y en general sobre la obra de A. C. Clarke. 
No me resistí a contestarle comentando su artículo. Nuestra relación epistolar se interrumpió desde entonces. Quiero pensar que no fue por mi contestación. Creo que mi crítica es constructiva. Hoy día, me parece sorprendente que pudiese sencillamente sentarme delante de un teclado y así, a pelo, "soltar" todo lo que viene a continuación, sin documentarme ni nada. Creo que hoy no sería capaz de algo así. ===============================================================
 Hola, Jose Manuel. ¿como estáis? Nosotros bien, gracias a Dios. Te felicito por tu último artículo aparecido en ANTENA. Me ha parecido muy ameno. 
No obstante me gustaría hacer algunas observaciones sobre tus comentarios a "2001", con la autoridad que me da el hecho de haber leído la casi totalidad de la obra de A. C. Clarke, aunque no tengo ninguna otra bibliografía al respecto. 
 Es cierto que la semilla del guión de 2001 fué el relato corto "El centinela", escrito en 1948; si bien, simultáneamente a la confección del guión cinematográfico el propio A. C. Clarke escribió en paralelo la novela "2001 Odisea del Espacio" como obra independiente. 
Clarke no pretende ser un profeta. La obra, el conjunto de su obra, no es de anticipación, sino de ciencia-ficción, y de la buena. Ciencia; porque plantea unos avances tecnológicos posibles (o en todo caso sospechables), al margen de que el ser humano los lleve a cabo. En la obra de Clarke, no aparecen escudos antigravitatorios, y las naves no pueden superar la velocidad de la luz. Si queremos gravedad en el espacio, tendremos que simularla, mediante una sección de la nave que gira sobre sí misma, o mediante la aceleración de la propia nave. 
No hay nada en 2001 que sea tecnológicamente imposible. La hibernación de los humanos en la "Descubrimiento" es una especie de sueño inducido que reduce las constantes vitales del individuo hasta un mínimo adecuado, para que el largo viaje fuese llevadero; sería más bien como la hibernación de los osos. 
Y es también ficción, por supuesto. No pretende decirnos como será el día de mañana, sino cómo podría ser. No lo que el ser humano hará con la tecnología, sino lo que podría hacer. 
Por supuesto, no pretende convencer ni anticipar que el origen de la inteligencia humana es una hechura extraterrestre. Es ni más ni menos que parte del argumento de una obra de ficción. Clarke cree en la tecnología, en el sentido que vé la tecnología como algo capaz de redimir al ser humano. En sus obras, la ciencia y la tecnología, surgidas de la mente del ser humano, lo elevan de sus humildes orígenes y lo proyectan hacia el Cosmos. Expanden su horizonte, su límite físico (Cita con Rama, Encuentro con Medusa) y por lo tanto, también su conocimiento y su espíritu. Los grandes descubridores y pioneros que a lo largo de la Historia han dedicado -y a veces entregado- su vida a expandir el horizonte humano son homenajeados por Clarke. Von Humboldt, Cook, Colón, Darwin; son figuras que inspiran a sus protagonistas, a su vez pioneros en algo. Los nombres de sus naves, el "Endeavour", el "Beagle", el "Challenger", la "Santa María" son tomados por Clarke para naves espaciales en sus relatos; y aún la NASA tomó algunos de ellos ("Discovery", de 2001) para sus transbordadores espaciales, en un doble homenaje. 
En la obra de Clarke, la tecnología no genera jamás armas de destrucción masiva. Aproxima al ser humano hacia su Creador, sea quien sea Éste (2001) e incluso salva a la Humanidad de catástrofes cósmicas (Partida de rescate, Cánticos de la lejana Tierra) 
¿Es ésta una visión de anticipación? Por supuesto que no, y una mente tan lúcida como la de Clarke lo sabe perfectamente. Sólo es una hermosa ficción, y tecnológicamente realista. 
 El tándem Clarke / Kubrick funcionó de maravilla. Desde el punto de vista cinematográfico, el film es revolucionario por el uso de los grandes angulares, los planos fijos de larga duración y las tomas (sobre todo las del espacio) de movimiento muy lento. La película es de un gran realismo técnico. Aquí se conbinó el afán perfeccionista de Kubrick, capaz de repetir innumerables veces una toma, hasta conseguir la perfecta; con la meticulosidad científica de Clarke, capaz de hacer complejos cálculos matemáticos, para determinar, por ejemplo, cómo debe aproximarse una nave a otra en el espacio. Ninguna toma en el espacio tiene otro sonido que no sea una música de fondo, pues desde luego en el espacio, al no haber aire, no se oiría nada. 
Tras visionar varias veces el film, se ponen de manifiesto éste y otros detalles sorprendentes para su tiempo. Después de la exhibición de la película, muchos comentaristas preguntaban a Clarke por ella, en calidad de guionista, y sobre todo por el final. "No entendemos el final", le decían. A lo que Clarke respondía: "Es que el final no se entiende. Hemos intentado mostrar algo que está más allá del entendimiento humano. Su comentario indica que lo hemos logrado". 
 En cuanto a las "predicciones" de Clarke, la que más me ha impresionado a mí es la de Europa, el satélite de Júpiter. En 2010 Odisea 2, una mentalidad extraterrestre (la misma que aparece en 2001) preserva el satélite Europa de la intromisión del ser humano, pues bajo los casquetes helados de su superficie, en el océano líquido que hay en su interior, se está gestando una Vida que, aunque aún en estado primigenio, dará lugar pasados milenios a vida inteligente. Más de 15 años después de leer la novela, me entero que científicos de la NASA han determinado que hay un océano líquido bajo la capa helada de Europa, y que no es desdeñable la posibilidad de que este océano albergue vida. 
 Es extremadamente dificil, estoy de acuerdo contigo, vaticinar sobre avances tecnológicos. Una red como Internet, fué predicha, antes de existir, en la novela El Juego de Ender, de Orson Scott Card. Interconectaba terminales de vídeo con teclado y servía para fines de educación y de comunicación personal por todo el mundo. 
 Mecanismos como la evolución biológica, el destino histórico del ser humano, la implantación de uno u otro avance tecnológico, están sujetos a tal infinidad de variables, que en la práctica es como si estuviesen regidos por el Caos; son imposibles de predecir. Hoy día es difícil tener fe en la tecnología. Yo mismo, de más joven, pensaba que la tecnología adquiría la forma de una flecha orientada en el tiempo siempre de atrás hacia adelante, y cuyo objetivo era ayudar al ser humano a vivir cada vez mejor. La definición de ingeniería como "Actividad cuyo objetivo es hacer el medio menos hostil al ser humano" tiene mucho que ver con esto, y en cierto modo esos criterios me impulsaron un día a estudiar una ingeniería. Hoy, pasados los años, he comprendido que el único fin de la tecnología es asegurar el rendimiento de las inversiones del socio tecnológico de turno, o del accionista. Es triste, pero es así. Sin pararnos a pensar en la tecnología que se impulsa, desarrolla o destina a usos militares. Sólo se desarrollará tecnológicamente aquello que pueda rentabilizar la inversión a corto plazo, si puede ser. O dicho de otro modo: lo que se pregunta la tecnología no es "qué es lo mejor para ti" sino "En qué estás dispuesto a gastarte el dinero". Estremece pensar cuantos avances tecnológicos positivos han quedado en el saco, porque no cumplían este principio. Creo que sería un buen argumento para un artículo. 
Hoy día, y volviendo a tu artículo, no vemos hoteles en órbita, pero fíjate que ya ha habido "turistas espaciales" capaces de pagar una fortuna por darse un paseo por el Cosmos. Si consiguen bajar el precio del billete, el "Hotel Cósmico" pronto será realidad. Porque dará dinero. Se podría hablar más del tema, pero temo aburrirte. Espero haber contribuido un poquito a tu acervo de información. Ah! y si te gusta la SF, sugiero que leas a Clarke.