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....Cabalgué a lomos del Dragón. Y él volvió hacia mí sus enormes ojos color violeta. Y me sonrió.




martes, 4 de febrero de 2014

Sobre la búsqueda de la felicidad


No he leido el libro de E. Punset, acerca de la búsqueda de la felicidad, tan sólo lo he hojeado, pero sé que una de las conclusiones a las que llega es que la felicidad se encuentra en el camino de la búsqueda de la felicidad.

Sin estar del todo en desacuerdo, mi experiencia vital me ha dado algunas claves para intentar llegar a la felicidad. Son reflexiones propias, no las cito ni las he tomado de otro autor.

Uno de los clichés de la felicidad es una playa desierta, con la arena perfectamente blanca, el mar en calma azul turquesa y unas palmeras junto a la orilla. Tengo muy claro que la felicidad no está ahí. Ese cliché representa quietud, calma, tranquilidad, y eso es el comienzo de la muerte. Lo dijo Neruda (una cita: la única): "Vive realmente quien jamás se detiene". La felicidad no está en la quietud. ¿Qué es lo que me ha hecho a mí sentirme feliz, o lo que creo que puede hacer que me llegue a sentir así? Se me ocurren tres cosas:

      Sentirse una parte de algo más grande y mejor que nosotros mismos. Sentirse parte de un equipo, parte de algo que funciona. Sentir que ese algo funciona gracias a nuestro trabajo. Recuerdo alguna imágen de los rostros de los integrantes del equipo del Centro de Vuelos Tripulados de la NASA en Houston, Texas, mirando los monitores, cuando el Apolo XI culminaba su misión. Harto elocuentes.Posiblemente esto sea así porque en nuestro origen de Homo Sapiens formábamos cuadrillas de cazadores, que tenían que organizarse perfectamente para tener éxito en la partida de caza. La supervivencia del clan dependía del éxito de la caza, y ésto dependía –entre otras cosas- de cuán correctamente se integrasen los miembros del grupo. Posiblemente en nuestra memoria genética hay algo de esto.
Soy consciente de que existen multitud de mecanismos perversos que se aprovechan de esta cualidad del ser humano –tendencia a sentirse parte de algo más grande- para dominarlo y aprovecahrlo. Me vienen a la cabeza las sectas, determinados juegos de rol peligrosos, movimientos fascistas, etc. Pero hay grupos y grupos. Por eso he puesto el ejemplo de la NASA. Hay proyectos políticos, ONGs, clubes de deportes...

     Llegar a determinar con exactitud cual es nuestro cometido en esta vida. Visualizarlo, entenderlo, y entonces, volcar nuestra fuerza, nuestra sabiduría, en su consecución. Es posible que te lleve muchos años, o más de media vida, llegar a conocer este objetivo, y este objetivo puede ser conseguir una vacuna contra la malaria, convertirte en una estrella del pop, fundar una gran empresa que te haga ganar millones, fundar una pequeña empresa que te haga sacar adelante a tu familia, o sencillamente sacar adelante a tu familia, sea por el medio que sea. Esta última no tiene que ser la más facil, ni la menos meritoria. Cuando vuelcas tu energía en esa dirección, y observas resultados, y compruebas que la dirección es la correcta, eso te hace feliz.

      Darse a los demás. No conozco a nadie que haya enfocado la actividad principal de su vida hacia el servicio a los demás, y que se haya sentido defraudado, deprimido o desilusionado. Sacerdotes, misioneros, colaboradores de ONGs, todas estas personas coinciden en que el servicio a los necesitados es lo que da realmente sentido a sus vidas. Conocemos la estampa de los misioneros, o las monjas, o los Médicos sin fronteras, que tienen que abandonar una región porque sus vidas están en peligro (guerrillas, mercenarios...): "No podemos irnos, esta gente nos necesita"; y vuelven en cuanto pueden. Todos coinciden en que reciben mucho más de lo que dan. Si alguna vez mi vida dejara de tener sentido, si me encontrara sin saber lo que hacer o a dónde ir, tengo muy claro cual sería el siguiente paso a dar.

Un poco de reconocimiento por parte del prójimo. No es necesario que estén contínuamente alabando lo que haces, pero de vez en cuando, que alguien te diga: "oye, esto te ha salido bien" o un simple "te lo has currao"; un sencillo gesto de reconocimiento, que te digan que vas en la dirección correcta, puede ser un gran estímulo. Es posible que haya algo de vanidad en esto.